Hay veces en las que deseo que la Normalidad fuese una relidad objetiva y tangible. Ya que.. de otra forma, no se puede desear.
Es en estos momentos, donde solo un par de cosas me parecen relevantes y dignas de ser vividas...
La alegrias parecen efimeras y la tristeza cobra una orientación transversal en lo cotidiano...
Para terminar yendo una vez a la semana a la Terapeuta, en un acto narcisista de autoconmiseración.
La verdad, nunca he escrito nada bonito, solo mierda en un blog que perdio por completo la intención inicial.
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